Rusen Cakir, Diario Vatan, 04.04.2014
Ayer decía en esta columna que “la comunidad de Fetullah Gulen tiene tres
alternativas fundamentales; que la decisión la tomará principalmente Gulen; que
si la Comunidad adopta una línea basada en lo civil y lo transparente, será
favorable tanto para ella como para Turquía”. Terminé diciendo que “si opta por
esta alternativa, primero Gulen deberá volver a Turquía”.
Hoy
quiero explicar primero por qué pienso de esta manera, y después, quiero
considerar qué es lo que puede pasar en el caso de que Gulen regrese a Turquía.
En primer
lugar, recordemos algunos puntos:
1) La
Comunidad nació y se desarrolló en Turquía, y no solamente fue la estructura
religiosa más influyente del país, sino, se convirtió en uno de los principales
tres focos de poder del país (siendo los otros dos el gobierno del AKP y el
movimiento político kurdo).
2) A
partir de los años 90, la Comunidad empezó a crear una red global a través de
sus colegios, primero en las repúblicas túrquicas, posteriormente, en Ios
países islámicos, excepto Irán y países árabes, y finalmente, en todas las
partes del mundo.
3)
Sabemos que la Comunidad tiene una organización jerárquica muy rígida, y arriba
de todo se encuentra Fetullah Gulen. En el proceso del 28 de febrero*, Gulen se
marchó a EEUU y ya no volvió más. Es decir, desde marzo de 1999, este
movimiento global se dirige desde Pensilvania, en EEUU.
4) La
administración norteamericana, que miraba con sospecha a las actividades de
todo tipo de grupos y personas islámicos, especialmente debido a los atentados
de terrorismo del 11 de septiembre, perpetrados dos años y medio después de la
llegada de Gulen a ese país, permitió que Gulen residiera en EEUU, fuera el que
fuera el motivo; que dirigiera su movimiento desde donde se encontraba, y que
recibiera visitas continuas. Ello fue motivo de especulaciones por parte de los
adversarios de la Comunidad en el sentido de que Gulen estaba salvaguardado.
¿Sería detenido?
En el
caso de que la Comunidad opte por ser definitivamente civil y transparente, necesitará
un cierto tiempo para ponerlo en la práctica, y en cierto momento de este
proceso Gulen deberá volver al país, ya que por mucho que la Comunidad abra sus
puertas en Turquía, las sospechas y las acusaciones continuarán existiendo,
mientras que el cuartel principal esté en Pensilvania, y nunca llegará a ser
transparente. (En este punto, tenemos de acordar que los conservadores de
nuestro país tienen apego a las teorías de complot relacionadas con EEUU,
Occidente, Israel, etc.)
Casi
escucho a una parte de los lectores, que hayan leído este artículo hasta aquí,
preguntando “vale pero ¿no será detenido si vuelve?”. El motivo principal de
que Gulen haya cumplido quince años en el exilio es, sin duda, su preocupación
por si llega a tener problema con la judicatura. Gulen estuvo detenido durante
cierto tiempo tras el golpe militar del 12 de marzo de 1971. Es comprensible
que ahora no desee tener la misma experiencia, además teniendo ya edad mayor y
serios problemas de salud. Sin embargo, por muy cruel que sea la guerra que
abrió contra el gobierno del AKP y por mucho que el Primer Ministro Erdogan haya
causado, mediante graves acusaciones e insultos, que él se convirtiera en un
objetivo, pienso que en el caso de que Gulen vuelva al país, por su propia
voluntad y sin que se produzca una circunstancia que le obligue volver a
Turquía, como el de ser desterrado de EEUU, se presentará probablemente un
pleito contra él, pero será baja la probabilidad de que sea detenido.
Hasta que aparezca un tercer poder
Creo que
el verdadero problema no es si será detenido o no será detenido cuando vuelva
al país, sino, es si podrá seguir dirigiendo cómoda y libremente la Comunidad,
como está dirigiendo en EEUU. Si la Comunidad conservará su estado actual, el
Estado le pondrá dificultades serias, eso está claro. Pero en el caso de que
renuncie, de modo convincente, a su pretensión de organizarse dentro del Estado
y en el caso de que dé pasos satisfactorios para convertirse en una estructura
civil y transparente, la intervención del Estado contra la Comunidad y contra
Gulen será muy difícil, aunque no sea imposible.
Si se me
pregunta la probabilidad de que este panorama que intento describir arriba se haga
realidad, diré sin vacilar que es “muy pero muy baja”.
La guerra
existente entre la Comunidad y el gobierno del AKP continuará probablemente
durante mucho tiempo y registrando un gráfico con subidas y bajadas. Cada una
de las partes maltratará a la otra. Hasta que aparezca un tercer poder, creando
el peligro de acabar con ellos.
(Nota de la traductora: El “28 de febrero” es
un proceso concentrado en el ejército y en la burocracia contra el
fundamentalismo, que empezó cuando se anunciaron los resultados de la reunión
del Consejo de Seguridad Nacional celebrada el 28 de febrero de 1997. El
proceso llegó a llamarse incluso “golpe de estado post-moderno”).
(Enlace
al artículo original: http://www.rusencakir.com/Fethullah-Gulen-Turkiyeye-donerse/2619)
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