jueves, 20 de marzo de 2014

Al deshacerse el conjunto de la experiencia del movimiento islámico en Turquía…

Rusen Cakir, Diario Vatan, 18.03.2014

En su reportaje con Ekrem Dumanli, Redactor-Jefe del diario Zaman, Fetullah Gulen ha dicho lo siguiente: “No creo que aquellas expresiones ásperas, que evitaré repetirlas aquí, hayan sido utilizadas ni siquiera por los infieles contra los creyentes”.

Es probable que tenga razón. No hay que ir muy atrás; sabemos que a partir del momento en el que la comunidad de Gulen empezó a tener ascenso, empezó a tener enemigos al mismo tiempo. Pero la propia comunidad ha hecho todo lo que ha podido para aumentar el número de sus enemigos. Los archivos son obvios. Ninguno de estos enemigos ha sido tan duro como lo ha sido el Primer Ministro Erdogan y sus partidarios contra Gulen y sus seguidores.

Pero en cuanto al otro lado de la moneda, ha aumentado mucho el número de los enemigos del AKP y del Primer Ministro Erdogan también, durante su estancia en el poder que alcanza casi doce años. Sin embargo, ninguno de estos enemigos dio unos golpes tan duros y mortíferos, como los que le dio la comunidad de Gulen.

La guerra entre lo político y lo social

La pregunta de importancia vital es la siguiente: Independientemente de las discusiones sobre la dimensión actual y el posible final de la pelea, ¿qué es lo que vemos cuando nos ponemos a pensar en los posibles efectos de la guerra actual entre el gobierno y la comunidad al movimiento islámico de Turquía en general?

Lo primero que llama la atención es probablemente lo siguiente: Esta guerra se produce entre el AKP, que tiene monopolizado, en mayor parte, el terreno “político” del movimiento islámico, y la Comunidad, que tiene su hegemonía desde hace mucho tiempo en el terreno “social” del mismo movimiento. En cuanto al motivo de la guerra, podríamos resumirlo, aunque simplificándolo, como sigue: el que domina en el terreno político tiene los ojos puestos en el terreno social, y el que domina en el terreno social tiene los ojos puestos en el terreno político.

El segundo análisis es el siguiente: Dado que en el movimiento islámico no es fácil distinguir lo político de lo social, cualquier pérdida de una de las dos partes hace perder algo a la otra, aunque no sea de modo idéntico. Dicho de otro modo, cada nueva grabación de audio que significa un golpe contra el gobierno, hace perder algo a la Comunidad al mismo tiempo. De modo igual, por ejemplo, cada titular escandaloso que publica un medio progubernamental contra la Comunidad, erosiona cada vez más la reputación del AKP.

Un trauma para más de una generación

En mi artículo anterior a éste resumía el caso como “Ganaron juntos, pierden juntos”. Todo lo que está ocurriendo desde el pasado 17 de diciembre pone de manifiesto que el gobierno y la Comunidad causan que pierdan no sólo ellos mismos, sino, el movimiento islámico en general. Es probable que no veamos en breve las consecuencias de las acusaciones de corrupción y falsedad que la comunidad imputa al gobierno, ni las de las acusaciones de complot, banda y espionaje que el gobierno imputa a la Comunidad, sin embargo, será inevitable que de estos encasillamientos mutuos se vean negativamente afectadas, no sólo las partes acusadas, sino, toda la comunidad entera.

Por lo tanto, los piadosos, que hicieron unos enormes esfuerzos durante la historia de la república para llegar al centro del sistema, -para lo que resultaron injuriados y pagaron unos costes altos-, injurian ahora uno al otro cuando se han quedado solos en el centro; los efectos traumáticos de esta injuria recíproca pueden permanecer durante varias generaciones.

La erosión de los reflejos humanos y de consciencia

No se puede decir que el conjunto de la experiencia del movimiento islámico se haya desperdiciado sólo debido a la guerra entre la Comunidad y el gobierno. Por ejemplo, la indiferencia mostrada anteriormente por el Primer Ministro Erdogan (y por sus partidarios) ante las muertes, cuya responsabilidad correspondía al Estado (casos de Roboski, Hopa y Gezi), se ha visto recientemente una vez más y de modo llamativo, cuando murió Berkin Elvan. Me imagino que el hecho de que los reflejos humanos y de consciencia –que es una de las características más naturales de la gente devota- hayan sido extremamente atrofiados ha originado serias molestias en el mundo islámico.

(Enlace al artículo original: http://www.rusencakir.com/Turkiyede-Islami-hareketin-birikimleri-hizla-sifirlanirken/2581)

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