Rusen
Cakir, 16.02.2014
Pensaba que el gobierno no iba a
aguantar más las provocaciones de la Comunidad de Gulen e iba a iniciar en
breve una “operación contra el Estado paralelo”, aunque no lo quisiera hacer en
la víspera de las elecciones municipales. Veo que estoy equivocado. La
Comunidad sigue atacando, y paralelamente a ello, sigue golpeando al Gobierno,
pero aquella operación no empieza de alguna manera. ¿Por qué? Según los círculos
de la Comunidad, es así porque tal
investigación carece del fundamento material. Dicho de otro modo, no existe en
realidad una formación llamada el “Estado paralelo”, y el gobierno recurre a
esta mentira para tapar las acusaciones actuales sobre el soborno/la
corrupción.
Es cierto que el gobierno desea recurrir,
-y está recurriendo-, a todo tipo de medios para hacer olvidar, por lo menos,
para trivializar las graves alegaciones reveladas tras las operaciones
policiales del pasado 17 y 25 de diciembre. Y es muy probable que éste sea el plan
que se halla en el fondo de la relación directamente establecida entre todas estas operaciones y el “Estado paralelo”. Sin embargo, alegar,
partiendo de todo esto, que no existe una formación que se denomine el “Estado
Paralelo”, y que, por lo tanto, las últimas operaciones anticorrupción no son
cosa de esta formación, no será tampoco ni convincente ni realista de ninguna
manera.
Una formación de este tipo existe desde
hace mucho tiempo. Y la misma debe su presencia, en mayor parte, a la
aprobación, la tolerancia, incluso, el estímulo del gobierno. Porque esta
formación, que es muy hábil para producir pruebas, conspirar, crear testigos
secretos, desinformar y manipular, ha sido el mejor colaborador del gobierno en
el momento de liquidar a los titulares anteriores del gobierno. Lo nuevo es que
esta formación hace daños ahora, además, muchos daños, al poder político; lo
nuevo es que ahora el gobierno ve a su antiguo aliado como enemigo.
Nombramiento de nuevos funcionarios de
seguridad para el ajuste de cuentas
Según algunos, el motivo de que la
operación no empiece de alguna manera es porque el gobierno no ha concluido aún
los preparativos necesarios. Este análisis parece reforzado al ver que las
destituciones de algunos funcionarios y los nombramientos de los nuevos en la
Justicia, el Servicio Civil y la Seguridad no se terminan de una vez. Por otro
lado, Mustafa Gulcu y Faruk Unsal, quienes habían sido víctimas de las conspiraciones de la Comunidad en el pasado, fueron nombrados Subdirectores Generales de la
Seguridad; Celal Uzunkaya fue nombrado Director General de la Seguridad: estos
últimos nombramientos aumentan la expectativa de que haya un ajuste de cuentas.
Además, es cierto que las regulaciones
que el gobierno está llevando a cabo para cambiar la estructura de la Corte
Suprema de Jueces y Fiscales (HSYK, por sus siglas en turco) y para conseguir
un estrecho control en el uso de Internet
están relacionadas con la posible operación contra el “Estado paralelo”.
Erdogan no está dispuesto
Sin embargo, más allá de todo esto,
pienso que el motivo más importante de que el Primer Ministro Erdogan no inicie
esta operación es que no está dispuesto a pulsar el botón de inicio. Porque el
día que esta operación empiece, será la fecha inicial de algunas novedades en
la historia de la República de Turquía.
En resumen, las formaciones islámicas
lucharon siempre contra el “otro” en la historia de la República. Para ellas,
los únicos responsables de casi todos los agravios que sufrieron fueron el
régimen al que se mantenían distantes, considerándolo “laico” o “Kemalista”, y
los partidarios civiles del régimen. En
este contexto, la guerra entre la Comunidad de Gulen y el gobierno del AKP, en
la que se enfrentan dos grupos islámicos, es una primera. Ambas partes tratan
de probar que lo que hace la otra va contra el Islam, y el motivo de ello es
que cada una de ellas trata de probar que en realidad no lucha contra una
formación islámica.
Tanto el propio Gulen como su comunidad ya
sufrieron operaciones en distintas fechas en este país, al igual que ocurrió
con varios otros grupos islámicos, y en general, salieron de aquellas
operaciones con pocos daños. Sin embargo, si el gobierno del AKP intenta
detener ahora a algunas personas vinculadas con la Comunidad, acusándoles de
“crear una banda dentro del Estado” y de “espionaje” y si posteriormente inicia
pleitos judiciales, -la marcha de las cosas es en este sentido- ello no tendrá
una vuelta atrás fácil. Y es muy probable que la Comunidad alcance el rango de
“oprimido” ante las próximas generaciones.
Pienso que los principales nombres de la
Comunidad actúan en un amplio círculo de seguridad de sí mismo, partiendo de la
opinión de que, pase lo que pase, el gobierno no podrá iniciar la operación que
se espera.
(Enlace
al artículo original: http://rusencakir.com/Paralel- devlet-operasyonu-neden- baslamiyor/2461)
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